MANTENIMIENTO


GORRI CON LA SELECCION

GORRI HUELGUISTA

No se si me reconoceran pero al lio.......!!!!Anda olvide los volaores!!!!

LOS APUNTES DEL GORRILLA 4


REFLEXIONES Y PENSAMIENTOS PROFUNDOS BAJO LA GORRA

Carta abierta a mis representantes políticos

¡¡Que orgulloso estoy que ustedes, sus señorías, sean mis representantes!!...

Me lleno de un sentimiento patrio ver ese Congreso de los Diputados, su centro de trabajo, cotidianamente vacio salvo que su sillón dependa de lo que se vaya a votar ese día -ustedes, si yo hago eso, lo denominan absentismo laboral- yo, a lo suyo, no lo voy a denominar, aunque lo parezca, cara dura.

Admiro su incremento patrimonial al poco tiempo de ser elegido y la facilidad con que ustedes firman su propio convenio laboral… ¡que bueno no depender de patronos y sindicatos! No saben cómo los envidio -de una forma sana, eso sí- pero los envidio.

Los envidio, no solo por su tabla salarial, sino también por el medio de obtención de su puesto de trabajo: quince días de campaña y cuatro años fijos el primer contrato. Yo, señorías, que como ustedes trabajo para la administración, tras pasar un examen quedé en la bolsa de contratación y mi primer contrato fueron seis días que alguien pidió -moscosos creo que los llaman- y luego de nuevo al paro.

No, no crean que me quejo, debo considerarme afortunado: tengo trabajo... eso sí es cierto porque cuando me contratan cubro las vacaciones de dos o tres personas y, por lo tanto, trabajo no me falta ¡debemos de ser austeros! nos dicen ustedes.

Claro que somos austeros, fíjense señorías, que solemos utilizar el transporte público o, en el mejor de los casos, nos turnamos semanalmente y usamos nuestro propio coche ¡Que impersonal debe de resultar el coche oficial conducido por alguien como yo, por ejemplo!

Si, si que les entiendo lo impersonal que resulta ver que su filiación política no difiere en su menosprecio hacia mi trabajo y lo utilicen como trampolín publicitario para sus intereses partidistas: quedar bien con el pueblo llano.

Pues bien, señorías, yo me considero pueblo llano y comprendo perfectamente que todos debamos arrimar el hombro. Por eso, señorías, llevo años asistiendo diariamente a mi puesto de trabajo; llevo años teniendo que fichar al entrar y al salir; llevo años soportando congelaciones salariales y subidas del IPC, en el mejor de los casos; llevo años viendo como ustedes se enriquecen -perdón: incrementan su patrimonio- sin sonrojarse; llevo años viendo como tratan, sus señorías, de convertirme en depredador presupuestario que arruina el estado de bienestar.

Me doy cuenta que ustedes también se esfuerzan y se sacrifican y que por eso han decidido rebajarse un 15% su sueldo. ¡Eso si es apretarse el cinturón! Pero permítanme sus señorías aclárales algo: si su congelación salarial llega o sobrepasa la desorbitada y escandalosa cantidad de 1.300 € recuerden que esa es la media de mi nomina mensual y la de una mayoría de los empleados públicos que ustedes llaman funcionarios.

Yo, señorías, también estoy dispuesto a que me rebajen esa cantidad pero solo les impongo una condición: cambiemos durante cuatro años su nomina por la mía, su puesto de trabajo por el mío, su coche oficial por mi transporte público… me comprometo a no llamarles ni funcionarios ni casta política.

Me tienen, sus señorías, hasta la gorra